Tanto
repeler y atraer a la oscuridad,
vino una
tarde para quedarse, me rodean cuatro velas
como cuatro
jinetes: una botella, un florero, un cenicero
y un plato.
La compañía
es el espíritu de una mujer de ochenta y cinco años,
sus
palabras plasmadas en una novela inolvidable son las que me cuidan
Mi mate
esta muriendo con la última yerba del domingo.
Mis
cigarrillos son de vainilla, los armo con filtros regulares.
Mi perro
tiembla mucho, así que duerme arriba de mi pie derecho
mientras
escribo.
Estoy a oscuras
en el domingo temido.
Mis vecinos
temen todos los días, yo solo hoy.
Estoy a
oscuras en el barrio de Alejandra,
Ella temía
a otras cosas y no precisamente a los cortes de luz
El Sur
también existe, aún en su oscuridad.